16 mar 2013

TIENDAS IMPRENSCINDIBLES 8. EL CORTE INGLES



De Asturias a Cuba  pasando por Nueva York, así nació El Corte Ingles.

Sus creadores fueron César Rodriguez y Ramón Areces. Este segundo, asturiano de nacimiento embarca hacia Cuba a los dieciséis años de edad. Su viaje transcurre desde el puerto de El Musel hasta La Habana y una vez allí, pasa a trabajar en los almacenes El Encanto. Una parte de estos almacenes eran de su tío César Rodríguez. Se traslada a Nueva York con veinte años y allí conoce las verdaderas estructuras de las grandes superficies. Tras su periplo Americano y vendiendo su tío su participación de almacenes El encanto, en 1935 Ramón Areces y su César Rodríguez  regresan a España, adquiriendo una sastrería modesta pero bien ubicada en el centro de Madrid denominada El Corte Ingles. Pasada la guerra civil española esta sastrería se muda a la acera de enfrente, ocupando el local de la firma Barcelonesa Almacenes El águila. El corte Ingles y los también legendarios Galerías Preciados de su primo Pepín Fernández, se hacían frente a frente por primera vez en su historia en la plaza de Callao. Los madrileños empezamos a elegir y distinguir entre ellos creándose gran nivel de competencia.

En el año 1949 la marca crea confecciones Induyco, que pasa a fabricar su propio estilo, y en 1952 El Corte Ingles se transforma en Sociedad anónima siendo un 63% de Cesar Rodríguez, presidente, y un 25% de Ramón Areces, gerente. El resto del accionariado lo comparten José Manuel Cabrera y Luis Areces, con un 6% cada uno. Diez años después, se realiza la primera operación de crecimiento significativa, se apertura en Barcelona un nuevo almacén de la marca, cuatro años más tarde fallece su creador y principal accionista, César Rodríguez. En el cargo le sucede Ramón Areces. Desde 1962 hasta nuestros días estos grandes almacenes, no solo crean estilos y alianzas, si no que se sitúan a nivel nacional, europeo, e internacional como un referente de ventas y surtido sin precedentes. Frases acuñadas por ellos mismos son tan populares como ciertas, “Ya es primavera… en El Corte Ingles”. “Si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”, o las creadas por aquel entonces por los propios madrileños, “si no lo encuentras en el Corte Ingles, no lo hay en ningún sitio”. En Madrid desde entonces sabemos que se acerca la navidad, porque están poniendo las luces decorativas en las fachadas de El Corte Ingles, gorman parte del ayer y hoy de una gran marca.




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