16 mar 2013

LEYENDA 4. VALLECAS Y EL MORO KAS



Las aguas del moro Kas pasaron de purificarlo todo a dejar de ser útiles. El moro Kas no sólo da nombre al barrio madrileño de Vallecas, también a su leyenda.

La conocida M-30 actual “calle30” es de todos sabido que era un afluente del río Manzanares. Se ha conocido siempre como arroyo del Abroñigal. El tramo más conocido es el comprendido entre el barrio de La Elipa, la Dehesa de Moratalaz, y el barrio de las Tres Latas. A lo largo de este arroyo se mezclaban casas, ventorros, caseríos y burdeles. Cercano a Vicalvaro, limítrofe a Vallecas había una finca repleta de árboles frutales y una huerta extensa y rica. Dice la leyenda que se debía a las excelentes propiedades de su arroyo. Ese arroyo de Abroñigal y sus propios afluentes repartidos por la zona este de Madrid, servia además en los años veinte y hasta entrados los años sesenta, de lavadero de ropa y otros menesteres. En 1920, ferroviarios madrileños crean una modesta colonia de casas bajas cerca del caserío mencionado y empiezan a beber agua del él, haciéndola famosa por su cura de fiebres, enfermedades de riñón, de estomago y un amplio etcétera. Tras un tiempo de supuestas sanaciones, el agua de este afluente pasa a ser no potable, creando grandes molestias intestinales a quienes bebían de ella. Los habitantes de la zona se afanaron en arreglar tuberías, la noria que surtía el agua y no consiguieron objetivo alguno. ¿Qué había ocurrido?. Una joven del lugar, tenía la respuesta. Dijo haber escuchado una voz muy débil y susurrante que decía;

Soy KAS dueño y señor de estas tierras que me arrebataron, no habrá paz y tranquilidad  para ningún colono hasta que sean devueltas…

Nadie mas que aquella joven pudo oír sus palabras pero la noticio corrió por el Arroyo de las Moreras, el Puente de Vallecas y el de los Tres ojos. No sabemos cuanto hay de cierto en esta leyenda pero les dejo un dato curioso, durante el boom inmobiliario de los años setenta y ochenta no hubo paz y tranquilidad. Muchas de las casas recién construidas en la zona de los afluentes cercanos a Moratalaz se saldaron con varias vidas. ¿Realidad, o leyenda?.

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