Las aguas del moro
Kas pasaron de purificarlo todo a dejar de ser útiles. El moro Kas no sólo da
nombre al barrio madrileño de Vallecas, también a su leyenda.
La conocida M-30 actual “calle30”
es de todos sabido que era un afluente del río Manzanares. Se ha conocido
siempre como arroyo del Abroñigal. El tramo más conocido es el comprendido
entre el barrio de La Elipa ,
la Dehesa de
Moratalaz, y el barrio de las Tres Latas. A lo largo de este arroyo se
mezclaban casas, ventorros, caseríos y burdeles. Cercano a Vicalvaro, limítrofe
a Vallecas había una finca repleta de árboles frutales y una huerta extensa y
rica. Dice la leyenda que se debía a las excelentes propiedades de su arroyo.
Ese arroyo de Abroñigal y sus propios afluentes repartidos por la zona este de
Madrid, servia además en los años veinte y hasta entrados los años sesenta, de
lavadero de ropa y otros menesteres. En 1920, ferroviarios madrileños crean una
modesta colonia de casas bajas cerca del caserío mencionado y empiezan a beber
agua del él, haciéndola famosa por su cura de fiebres, enfermedades de riñón,
de estomago y un amplio etcétera. Tras un tiempo de supuestas sanaciones, el
agua de este afluente pasa a ser no potable, creando grandes molestias
intestinales a quienes bebían de ella. Los habitantes de la zona se afanaron en
arreglar tuberías, la noria que surtía el agua y no consiguieron objetivo alguno.
¿Qué había ocurrido?. Una joven del lugar, tenía la respuesta. Dijo haber
escuchado una voz muy débil y susurrante que decía;
Soy KAS dueño y señor de estas tierras que me arrebataron, no habrá paz
y tranquilidad para ningún colono hasta
que sean devueltas…
Nadie mas que aquella joven pudo
oír sus palabras pero la noticio corrió por el Arroyo de las Moreras, el Puente
de Vallecas y el de los Tres ojos. No sabemos cuanto hay de cierto en esta
leyenda pero les dejo un dato curioso, durante el boom inmobiliario de los años
setenta y ochenta no hubo paz y tranquilidad. Muchas de las casas recién
construidas en la zona de los afluentes cercanos a Moratalaz se saldaron con
varias vidas. ¿Realidad, o leyenda?.
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